sábado, diciembre 12, 2015

A LAS TRES DE LA TARDE.
A las tres de la tarde
Se me antojó tu boca
Me llegó tu aroma como de improviso
Olor a flores, mujer y fuego
Me envolvió un sonido
como de polvo y risas
Se afiebró mi tacto de coral y piedra
Y tu cantar estaba
vibrándome a gritos
Desordenada y débil
Vaporosa, pequeña y frágil
Sentí tus latidos, tu color de niña
Hembra y amorosa hada de mis cuentos
Fantasías de infante acalorado
Con ese rubor flameante en mis mejillas
Por pensar aquello que me prohibía el mundo
Insistente, nocturno y melancólico
Con el romanticismo mágico
De algún preludio al piano
Dibujé tu calor hecho pasión y beso
Lo atrapé en mis manos
Como caricia intensa
Como tu pelo obstinadamente rítmico
Como el vaivén marino
De tu pasear sereno
Caminado alocada sobre mi cuerpo azul
Sumergiéndonos en abrazos
cosquilleos y pausas
Silencios
Palabras inconclusas, continuadas
con tu boca hermanada en mi boca.
A las tres de la tarde
Se me enredó tu nombre
Me despojó angustiado
de mi pensar y mi calma
Me desligó del tiempo
Me secuestró del aire
Y ya no hubo más horas ni más sitios
Ni calles y gentes
Tumultos o parques
Solamente tu sonido,
tu color y tu alma.
Poema "A las tres de la tarde", René Acevedo, Poemas Adolescentes, Ediciones Gatojurel, 2015.
Recuerden, los esperamos este jueves 17 de diciembre a las 20 horas en el Café Brazil, en Cuming 562, a pasos del metro Cuming.

Imagen: La persistencia de la memoria, Salvador Dalí, 1931.

martes, diciembre 08, 2015

PROLOGO DE FESAL CHAIN A POEMAS ADOLESCENTES

PROLOGO A POEMAS ADOLESCENTES.
Estos poemas que hoy constituyen un libro, fueron escritos dispersos y en la adolescencia del autor, probablemente su gran mayoría a mediados de la década del ochenta en Chile, parte de nuestra historia que siempre me ha gustado nombrarla como una década enmarañada, es decir enredada, revuelta, confusa. La historia social y política, pero también lo que fueron nuestras vidas, nuestros cuerpos. Como dice el poeta: A las tres de la tarde/Se me enredó tu nombre/Me despojó angustiado/de mi pensar y mi calma. Porque fuimos eso, nervadura, tensión, pero también como todos los adolescentes de todos los tiempos y de todos los mundos, unos porfiados románticos, acaso, a fines del siglo XX, aún depositarios de aquel Neruda de Crepusculario: Ella es el amor,/Lo construyó conmigo/ Amasamos la roca, el pan, la arena.
Y sin embargo, a diferencia de las generaciones que nos antecedieron, por el mismo hecho de vivir en un período convulso, también fuimos rebeldes e iconoclastas, es decir que a la par que pertenecíamos a la tradición, fuimos capaces de destruir los monstruos sagrados que nos llenaban de polvo, que nos hacían demasiado rígidos, y sin saberlo, quebramos o al menos trizamos el vaso del idealismo estéril, que ya no tenía cabida: La música suena desde ninguna parte/Mientras yo espero/ Que comience la película / En mi primer y último / Rol estelar / De estúpido y amante. O: Todo el mundo corre/ Con el culo a cuatro manos / Cuando uno necesita ayuda / Y eso que no busco aval.
Y en esta mezcla enredada de confusión, nervadura y rebeldía, acaso la materia perfecta de nuestra identidad como jóvenes de los ochenta, pisando la década siguiente, siempre nos quedó lo que es consustancial al ser de Chile, a su alma, la viva nostalgia, esa del pasado que no conocimos, pero que añorábamos como si hubiésemos sido sus protagonistas, y la del futuro esplendor, que jamás llegó, al menos tal y cual lo deseábamos: Es fascinante mirar las fotografías/ El pedacito de alma que quedó en ellas/Cuesta creer que el tiempo pueda/ Congelarse así de pronto. O aquel verso fantástico: Te visitaré algún día/Cuando se me diluyan tus facciones/Y quiera recordarlas./Tal vez en el día de mi muerte/Toquen tres veces a tu puerta.
Celebro este libro, en él nada adolece realmente, están aquí, (con ripios o sin ellos, da lo mismo), todos los elementos que constituyen la poesía de una generación, y por cierto, las claves de la poesía que René desarrollara después, ya con la madurez que da la vida y su periplo.
Celebro dos veces este libro, porque además lo escribió no un mero autor para mí, o alguien que me haya encargado una especie de resumidero de alabanzas, sino un amigo, un amigo en la poesía, un amigo que me ha regalado siempre lo más bello de este arduo pero fascinante camino que hemos compartido, la persistencia una y otra vez en la palabra, la porfiada palabra.
Fesal Chaín
Valparaíso, Barrio Puerto,
Noviembre del 2015.
Los invitamos desde ya a todos el jueves 17 de diciembre de 2015 a las 20 horas, al Café Brazil, en Cumming 562, a pasos del metro Cumming, en Santiago Centro, al lanzamiento de mi libro Poemas Adolescentes y de los libros de Gatojurel Ediciones. Lo esperamos, espero puedan acompañarnos, un abrazo!!
Imagen portada: Miguel Acevedo Fonseca