viernes, agosto 06, 2010

BREVE RESEÑA DE MI LOCURA

Prólogo del libro "Breve Reseña de mi Locura", de Miguel Edwards Rosas, Kawell Kelun Editores, junio de 2010.

Después de la segunda edición de su libro "Antología de la Locura", Miguel Edwards Rosas nos sorprende con su "Breve Reseña de mi Locura", que resulta en cierta forma una continuación de este anterior libro, en el entendido de que a partir de esta recopilación MER está en posesión ahora de una "Teoría de la Locura" que justifica sus tropelías poéticas y artísticas en general.

Este loco "Dada, Surrealista y discípulo de Osho", como el mismo se define, nos entrega en esta recopilación de poemas y apuntes sueltos de su pseudo diario personal, las claves para entender su artepoética, su mundo literario y su manera de entender el arte y por supuesto la vida. A veces parece un niño balbuceante, a veces un gran filósofo, en otras nos parece recordar que la locura es efectivamente una manera de comunicarse con Dios. El poeta es, después de todo, un médico brujo, un medium, un puente entre lo terrenal y lo espiritual y en esa perspectiva, MER nos hace sentir que efectivamente por medio de su poesía estamos acercándonos a grandes revelaciones.

Por contrapartida nos da con la puerta en las narices diciéndonos que, como en el tango, la vida es una porquería y la dictadura social, de la cual todos somos parte, es la gran camisa de fuerzas que oprime al mundo creativo no solo de los "locos" sino de los "cuerdos", esos seres "racionales" que actúan con compostura ante los estímulos del entorno, guardando los sentimientos y las lágrimas para las películas de vermouth y mascullando entre dientes lo que quisieran decirle a gritos a todo el resto. Edwards, parafraseando a Nietzsche, Pound, Parra y al propio Artaud, nos dice que es: "un ermitaño extravagante", nos cuenta que "yo soy como los astronautas: me alimento de pastillas", y esas pastillas son ciertamente las hostias con que día a día hacen comulgar a los locos con la dictadura social de los "cuerdos", tal como nos lo presenta visualmente Eliseo Subiela en su "Hombre mirando al Sudeste".

Edwards es un Rantés, un discípulo de otros mundos, otros estados de conciencia, que nos viene a liberar de las dictaduras de la razón y del sano juicio. Su arma principal son sus poemas, sus artefactos, sus notas de diario, a ratos muy naif, otras burdo y cotidiano; a veces con una profundidad que nos cala los huesos como si la parca desfilara frente a nuestras narices blandiendo su guadaña. Su arma es un grito desgarrador que no quisiéramos escuchar, pero que zumba y zumba en nuestros oídos y hay que detenerse a darle crédito.

En estas páginas, muy bien ilustradas por Juan Lea Plaza Edwards (su sobrino), Miguel nos regala una caja de pandora que podremos desenmarañar con no menor dificultad, donde se nos deparan sorpresas, arrebatos de ira, odio e irónicas risas, pero sobretodo en sus textos podremos encontrar intentos de respuesta a muchas interrogantes eternas del ser humano las cuales, como una matrioska infinita, nos llevarán de nuevo a las mismas y eternas preguntas, así como también a transitar la minúscula línea entre la locura y la razón. Espero esta vez le perdamos el miedo a caer hacia un lado o el otro, pensando si se está o no en el lugar "correcto"; aquí lo fundamental es, quizás, "estar" en alguno de ellos y no sólo deambular por el espacio infinito, después de todo "La naturaleza le tiene horror al vacío"...

Los dejo enfrentados a este desafío de encarar estos miedos y locuras más allá de sus definiciones enciclopédicas doEnde, generalmente, todos somos Edipo, Electra o alguna figura Post-Freudiana...

René Acevedo, Kawell Kelun Editores, junio de 2010.


Me suicidaría por ti

Para caer en tu cielo

De amor, sexo, llanto y risa

(Del Poema "Madre" de Miguel Edwards Rosas).