UN OJO LLAMADO CACERIA
LANZAMIENTO DEL LIBRO DE POEMAS DE MARCELA SALDAÑO
"UN OJO LLAMADO CACERIA, DE EDICIONES "PIEDRA DE SOL".
El miércoles 4 de febrero a las 21.00 horas aproximadamente, se llevo a efecto el lanzamiento del libro de poemas de Marcela Saldaño, "Un ojo llamado cacería", de Ediciones Piedra de Sol.
En palabras del prólogo de Alejandra Bórquez, "la poesía de Saldaño no se pregunta por el poder de la palabra ni el alcance del lenguaje, no existen aquó cuestionamientos estéticos ni morales sobre el ejercicio de la escritura; en cambio, utiliza a sus anchas la amplitud de recursos lingüísticos para avocarse a la experiencia de la escritura en sí, de ser mujer, artista y habitante de un tiempo y una geografía determinados, todo lo cual está inteligente e intuitivamente tramado a lo largo de Un ojo llamado cacería".
En la percepción de "Poetalandia", podemos agregar que Marcela es una voz importante en una generación de poetas que se vienen destacando en esta primera década del siglo 21, donde además participan y conviven en diversas iniciativas y "empresas literarias y artísticas" jóvenes como Oscar Saavedra, Raúl Hernández, Galo Ghigliotto y por supuesto Marcela Saldaño.
De seguro estamos en presencia de un nuevo brazo armado de la poesía que irrumpe con fuerza y vitalidad para llenarnos de nuevas voces y nuevas perspectivas.
Aca dejamos para ustedes algo de este libro de gesto agresivo, pero delicadamente construido.
Un escote parecido a un apetito mayor
A mi madre
Isabel Gioconda
Por sus sueños de luz, por correr por mi sangre sin saber de mi cacería.
En mi patria hubo un niño sucio y abandonado Recogido por mi madre Pero al tomarlo en brazos Se le caen los ojos y su suciedad es horrenda Pero ella insiste Aunque todos desean a ese niño Ese hijo que no sale de mí Sale del ojo del mundo y todos lo quieren menos yo Que no soporto verlo Sólo recojo sus ojos y los guardo en mi bolsillo
*
Ni tus ojos claramente esquivos una cosa deseable Ni tu mano algo que omita El ojo de la piedra amarrada Ni el mensaje ni la boca Ni siquiera la insistencia de la arcada Algo de mi gusto Ni la noche y su sonido terco Ni mi pecho inflamado y viral Ni este canto que se entrega a la retórica Algo realmente de mi agrado N así los puentes y el ojo cuyo peso inflama la garganta De ahí el rumor y las mediaciones cuyos matices son un espanto a ratos
*
En los sueños de mi madre ese niño encarna las esferas recogidas del patio La miseria es sólo comparable con el olvido La otra cara de la flor y su pestilencia El chorro perfecto de sangre en las regiones imaginarias que rodean el fondo de la escalera Esta locura es sólo reductible y las nueve cabezas son árboles y distancia La historia conviene guardarla bajo tierra porque el terror reside en los ojos que ya no le pertenecen Ese niño arroja su carne Pero él nunca es carnicería Ni crimen Ni príncipe Él es sólo terror Ventanas de colores Concepción iluminada sin propósito
(...)
Comentario de René Acevedo Mena,
Editor de Calíope Ediciones, febrero de 2009.